
''Dime ahora lo que quieres que te haga
pero dimelo despacio,
mirandome a los ojos
con las palabras mas crudas
mas ferozmente obsenas
que pueden hacernos sentir mayor verguenza.
Entonces Gala Contestó: -Revientame-
Quedé tan atónito al ver que se me ofrecía mi propio secreto como regalo,
en lugar de la ardiente proposición erótica que habia esperado
que tarde en contestarle
- ¿Los harás?- oí que repetía
contesté - sí -
y volví a besarla duramente en la boca, mientras repetía en el fonde mi mismo:
- No la mataré - .
En mi sedundo beso a Gala,
que era un beso de Judas por la hipocresia de mi ternura,
simultaneamente consumo el acto de salvar su vida y resusitó mi alma.
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