Así voy por la vida, a pasos.
A pasos camino por ella, pasos doy para llegar hasta la esquina, pasos doy para llegar a mi casa, pasos doy para cumplir veintidos, pasos doy para llegar a alguien, pasos doy en cada situación, paseo todos los días, aunque este en mi casa. Pero hay otro pasos que suelen ser más importantes que el simple ''acto de pasear''. Y cuando trato de no referirme a esto, trato de hablar de estos pasos que suelen ser graduales, de esos que son procesos, y que muchas veces no se olvidan, ya que si hablamos de acto, quizás me doy cuenta que olvido el ochenta porciento de mis pasos. De los otros pasos que hablar, yo siento que últimamente he dado unos seis, y no los olvido, no los olvido porque me han hecho crecer, y no solo porque he corregido unos cuantos errores, si no porque hay días que me han servido para superar ciertas cosas que me aquejan en el presente de mí vida. Si... eso pasa hoy, estos pasos van por sobre todo con correción y superación.
Gracias a esto, en este minuto las cosas suelen agradarme mucho más, y mejor aún que vienen acompañado del yo de siempre, ese yo que suele reirse de si mismo, que suele comentar los hechos más simples de la vida para tornarlos importantes o más bien significativos, que deja que cada día fluya de la manera que mejor le parece, que suele disfrutar cuando ''pasea'', cuando escucha música, cuando se toma un helado, cuando esta con sus amigos, cuando mira una pintura, cuando mira una fotografía, un video, cuando escucha por la calle a la gente desconocida, aquella que disfruta hasta su propio subconciente. Ese yo que intenta sacar una carcajada a la gente que le rodea, que intenta aconsejar y acompañar cada vez que puede, que intentar alentar, preocuparse y decir lo que siente cuando la situación lo amerita. (uno de seis)
P.D: Los vagones ya no quedan muertos despúes de que te bajas. (el segundo de seis)
No hay comentarios:
Publicar un comentario