miércoles, 30 de septiembre de 2009
No me importa nada - Luz Casal
lunes, 28 de septiembre de 2009
Favor concebido
sábado, 26 de septiembre de 2009
Hongan-ji 本願寺 / Luz y Sombra
Los Honganji corresponden a la arquitectura japonesa, dedicada especialmente a la cultura budista.
De acuerdo a la percepción de la luz y sombra y las necesidades cotidianas de una cultura oriental, tan alejada en costumbres de la occidental, y muchas veces cercana, al verse influenciada debido a la economía de mercado instalada en el mundo actual globalizado.
Podemos darnos cuenta que la cultura milenaria, en la personalidad de cada oriental, aún se transparenta. Desde el momento en que Tabizaki se dirige a los actos ceremoniosos de la hora del té y la hora de ir a los retretes, donde en el primer caso el individuo se siente armonioso con los objetos de lacas, que mantienen su pátina que adquiere con el tiempo, y donde en el caso del espacio de retrete, habla de la madera, el aspecto oscuro y el dejo del tiempo que se estampa en ella, junto a las combinaciones de claroscuro que produce la noche y la luz de la luna.
Esta fijación, no solo se refleja en la manera de concebir la arquitectura, si no que tambien en la manera hacer cine, la manera en que construye su espacio personal, y hasta en las maneras tan cotidianas como tomar sopa, el individuo oriental se siente casi espiritualmente a través de la luz y la sombra, es por ello que sea tan lógico que Tanizaki critique la cultura occidental, y la manera en que ella se ha introducido evidentemente en su cultura a través del tiempo.
La cerámica y el metal, dos elementos que se enuncian como un problema de la cultura occidental, materialidades que no dejan ver la característica pátina que tanto lo relaciona con el pasar del tiempo, por lo tanto la historia, aquella que habla del roce de las manos y el contacto del individuo con sus objetos cotidianos.
En el caso de la arquitectura, Los Honganji, contraria a las construcciones contemporáneas occidentales que se asimilan cada vez más con una construcción vertical. Principalmente podemos darnos cuenta de lo diferentes que son, su contexto y entorno, los Honganji como templos ceremoniosos, construidos a las afueras de la ciudad, lejos de la acumulación de personas y construcciones de la urbe, vemos que están inmersos en bosque, envuelto por el verde de los árboles y la tierra húmeda, donde el viento produce vibraciones en las hojas que son agradables al oído, y donde principalmente genera luz y sombras que se proyectan en el espacio.
El alero de la construcción es la primera parte que se construye de los Honganji, de tal manera que se ocupa como quitasol, protegiendo del sol el perímetro de la construcción. La extensión de la techumbre hacia al exterior, al contrario de los occidentales, se debe a los distintos usos de materiales, protegiendo a su vez el habitáculo de los sucesos naturales como el viento, la lluvia y otros, creando a su vez un espacio sombrío, que para los orientales es la manera mas estética de habitar en el interior de un espacio.
La manera en que se ve la dirección de la luz en los objetos que lo llenan y la luz parcial en las murallas, las cuales varían según la hora el día de acuerdo a la posición del sol, fascina a los orientales, dejando ver a cada hora del día distintos objetos en el mismo objeto. Uso la palabra objeto para hablar de las paredes, puertas y demases que conforman el espacio, porque en cuanto a objetos decorativos, es poca la afinidad que los orientales tienen con ello. Prefieren las paredes de colores más bien neutros, que dejan ver el verdadero color de la luz del día, se fascinan por esa claridad tenue proveniente de la luz exterior. Es la proyección del afuera que se proyecta en el interior, ese juego de luces y sombras lo que crea lazos importantes entre el individuo oriental y su espacio de habitar, por que es la luz, la que en definitiva hace un objeto.
Fotografía: Wikipedia
viernes, 25 de septiembre de 2009


Prospectiva
El termino que se usa comúnmente para la definición de prospectiva, se basa en cualquier pensamiento banal sobre el futuro, sin embargo en el texto ‘’La prospectiva como estructura’’ se habla de ésta como una disciplina en el ser humano que es capaz de construir el futuro a su manera, todo aquellas acciones que se involucran con tal planteamiento provienen del término usado por Goget. Para definir tres de los aspectos relevantes de la palabra ‘’prospectiva’’ es necesario tomar la esencia, el espíritu prospectivo.
Uno de estos aspectos relevantes tiene que ver con la ‘’construcción humana’’, esto alude principalmente a que el hombre tiene el poder de construir a su manera, su propio futuro, ya que nuestro destino no está premeditado, ni mucho menos construido por otros, es el hombre quien sienta las primeras bases de la construcción de su camino, para posteriormente elegir con quien construir y con qué materiales levantarla. Donde el paso a paso solo debe estar amarrado de la voluntad propia.
Otro punto relevante es la ‘’disciplina’’, que desde el punto de vista de Goget sería adecuado mencionarla como indisciplina. Para construir el camino adecuado hacia nuestro futuro, muchas veces es necesario asumir rebeldía contra ciertos parámetros sociales, ambientales, culturales establecidos. Ya que la prospectiva definitivamente no se ciñe a determinados estereotipos que parecen crearse y domesticarse de acuerdo a todo aquello que suele ser correcto socialmente. La rutina no es parte de su filosofía, por lo tanto valora, rescata y hace uso de todo aquello que le sirva, corresponda o no (en este caso) a diferentes estereotipos. En este caso sería correcto armar a partir de lo que a este individuo prospectivo le parece necesario y fundamental para construir las bases de su futuro, donde este toma lo que se le antoje, un anarco en su propia vida.
Al hablar de prospectiva es necesario también hablar de ‘’conspiración’’, si bien anteriormente me refería a que era necesario adquirir un espíritu rebelde frente a ciertas situaciones morales y sociales, también es necesario adquirir un espíritu prospectivo colectivo para fomentar de alguna manera esta especie de filosofía, que mientras se desarrolla en nuestras mentes logra que nos adaptemos como seres de buena voluntad que son capaces de formarse en el tiempo, el espacio y por puesto con ganas de crear su propio camino.
Todo aquel pensamiento que es parte de la prospectiva debe ser libre, libre de sueños, de aspiraciones, libre de movimientos, y libre de cada uno de los otros; ya que hablar de conspiración cuando nos referimos a un acuerdo mental de muchos.
Cabe destacar que el autor del texto hace mención en este aspecto, cuando dice que los grandes cambios mundiales de realizaron de acuerdo a movimientos de conspiración, Ya que muchas veces las actitudes rupturistas, de voluntad propia, y seguras de su propio discurso logran corromper a través de la construcción y el habla notables parámetros ya establecidos.
En definitiva, aquel individuo prospectivo es aquel que de acuerdo a sus propias necesidades, inquietudes, valores y fuerzas, es capaz de producir su propio futuro, a cuesta de sus propias voluntades.