lunes, 4 de abril de 2011

Noches.

Acostumbraba a suavizar sus manos una vez por segundo con crema de naranja-canela, mientras la luz fluorescente del computador alumbraba tenuemente su rostro y el teclado palpitaba a la velocidad de los dedos. De fondo se escucha una pelicula con un soundtrack y un guión delicado.

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